El proceso electoral realizado en Honduras el 26 de Noviembre 2017, sirvió para demostrar, ante propios y extraños, la realidad que vivimos,como :
1- La enorme división social que padecemos , la cual se confirma por los resultados que arroja dicho proceso.
2- La gran fragilidad y poca credibilidad que tiene la institucionalidad hondureña. Las actuaciones del Tribunal Supremo Electoral y Registro Nacional de las Personas son ejemplo de esta fragilidad y falta de credibilidad,tanto a nivel local como internacional.
3- Que Honduras es un país donde existen leyes de todo tipo, que se utilizan a conveniencia de algunos sectores privilegiados. La reelección presidencial es el mejor ejemplo. Pese a su prohibición constitucional, se recurrió al expediente de declarar inconstitucional dicha prohibición , por fallo de la sala constitucional de la Corte Suprema de Justicia, lo que nos ha convertido en un hazmereir a nivel mundial, especialmente cuando se conoce la forma en que fueron nombrados los magistrados que emitieron dicho fallo, declarando inconstitucional la Constitución. Vale mencionar que nuestra legislación contempla el mecanismo del plebiscito para consultar al pueblo en temas como este, lo que fue olímpicamente ignorado por los patrocinadores de la reelección presidencial.
Ante esta realidad ¿ que inversionista serio pensaría en realizar inversiones en Honduras ?
Aspiración personal
1- Que la élite política hondureña comprenda que:
1a- no es justo que el pueblo sufra debido a la corrupción, injusticia, impunidad, pobreza y desigualdad que generan con sus actuaciones y 1b- la finalidad de todo gobierno es el bienestar de la población
2-Que el Congreso Nacional no sea un mercado donde, por el incentivo adecuado, se logra la emisión de leyes, nombramiento de funcionarios y aprobación de onerosos contratos , y cumpla con su deber: legislar a favor del bien común de los hondureños
3- Que se inicie de inmediato el fortalecimiento de nuestra institucionalidad, despolitizandola , mediante la asignación de plazas por oposición y creando una verdadera carrera del funcionario publico, quien debe servir al Estado y no al político que le consigue el empleo.
Confío que algún día serán realidad estas aspiraciones personales , para bienestar de los hondureños.